Poema al amigo
Nos acercó la vida.
Unió nuestros destinos por un mismo sendero
de ideales compartidos y así,
desde el comienzo,
inventamos un credo de amistad verdadera,
nos paramos en el mismo costado de las cosas,
y dijimos también, que la amistad es entrega.
Supimos que la entrega crece si se cultiva
compartiendo la risa, los sueños y las penas,
soportando fracasos y enhebrando esperanzas,
sabiendo que al amigo se le brindan las lágrimas
y que el dolor no es tanto y la alegría más honda,
si enteros se comparten,
si se brindan en horas vividas en silencio,
pensando los por qué de Dios, de la existencia,
del hombre y del espacio, del amor y la guerra.
Supimos que la fe se nutre en desconciertos,
que todo se supera,
aunque la voluntad, a veces, sin querer se nos quiebra,
y el corazón, de pronto, hace una jugarreta.
Descubrimos que pese a los circunstanciales hechos
que inevitables nos rodean,
sabemos ser amigos, compartir las quimeras,
entrelazar los dones y al estrechar las manos
saber que hoy podemos sentirnos más hermanos.
Miguel Pérez Mateos
San Rafael, Julio de 1979.
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